A partir de ésta época en esfuerzos liderados por el
señor Ambroise Paré (1509), se pone en evidencia
la utilización de máscaras y anteojos perforados en
el centro visual para obligar a los ojos a enfocar derecho. En 1552 el señor Renolds involucra la
estimulación brillante en los ojos no alineados como
tratamiento de refuerzo, dando así el primer paso
en el uso de post imágenes para el tratamiento de
pacientes estrábicos. Es así como se continua el uso
de oclusión y estimulación con luz en pacientes con
ojos no alineados; en 1718 el físico De La Hirce
describe que el desplazamiento del punto foveal
provoca también un desplazamiento del eje óptico y es hasta el año de 1722 donde hacen conciencia
de que el paciente tuerce uno de los ojos, por debajo
de la máscara y utiliza un solo ojo fijador, suspendiendo el uso de mascaras para dicho tratamiento.
Por ésta razón, y después de muchos estudios el
conde de Buffón, naturalista, biólogo y pensador
francés, en 1743, pone en evidencia que el
estrabismo no es solo componentes motores y estéticos, describe que la solución es la oclusión del
ojo fijador, además de la importancia de corregir
defectos refractivos, generando el uso de corrección
óptica (Cuéllar, 1993). Desde 1742 el conde de Buffon
(George Louis Leclerc) y luego Erasmus y Darwin
en 1801 empiezan a considerar la oclusión como
método terapéutico para los problemas de
binocularidad y disminución de la agudeza visual.
En este momento y gracias a estos estudios se da
inicio a la Era Sensorio motora, en la cual además
del mecanismo motor y estético, se tienen en cuenta componentes como la agudeza visual, fijación,
localización visual, correspondencia retinal y sensorial y supresión, entre otros. En esta época aparecen personajes importantes para el desarrollo de la
ortóptica con propuestas y aparatos de reeducación
como Mackenzie (1854: estereoscopio) Von Graefe
(1857: supresión y correspondencia retinal anómala), Snellen (1862: escala de medición de agudeza
visual), Donders (1863: describe relación acomodación-convergencia), Bangerter y Cuppers (década del
50: métodos de estimulación retinal para correspondencia- fijación y localización, euthiscopio, haces
de Heindiger), Campbell (1974: estimulador visual
CAM), Vodnoy (1975: MIT), entre muchos de ellos.
Esta época, limitada entre 1860 y 1980 aproximadamente, marca el inicio de las principales escuelas
pleópticas de reeducación visual y sensorial
lideradas por Javal (1968) en la escuela francesa y Worth (1930) en la escuela inglesa.
Después de ésta época de tantos avances en el desarrollo de la ortóptica y la pleóptica, surge en 1980
un cambio radical en el tratamiento de alteraciones
visuales y oculomotoras, con la investigación realizada por los doctores David Hubel y Torsten Wiesel,
obteniendo el Premio Nóbel de Medicina por definir la plasticidad sináptica y la relación con el desarrollo de la visión, la organización funcional de la
corteza cerebral en columnas y la estructuración del
cuerpo geniculado lateral. Deciden investigar los cambios que ocurren en el sistema visual durante el
desarrollo, examinando el papel de la experiencia
visual durante el desenvolvimiento normal. Demuestran que el mensaje que llega al cerebro desde los
ojos es sometido a un análisis en el que varios componentes de la imagen retinal son interpretados con
respecto a sus contrastes, patrones de líneas y movimientos en la retina. Definen que las células de la
corteza visual se encuentran organizadas en columnas y que una alteración ocurrida durante el periodo crítico de plasticidad, genera cambios funcionales y estructurales en la corteza visual que son permanentes (Bahena, 1996).
Estos resultados logran el cambio del optómetra
-ortoptista, de rehabilitador- restaurador o
reeducador visual a ortoptista como fisiólogo de la
visión, como entrenador de las funciones visuales
y oculomotoras. Genera un paso grande en el manejo y tratamiento de las alteraciones visuales y
oculomotoras, puesto que determina que una vez
pasada la etapa crítica de plasticidad en el desarrollo visual, no existe método de reeducación sensorial que permita el cambio estructural y funcional
de las células del cuerpo geniculado y/o la corteza
visual.
Es así como se cambia el termino de «ortóptica y
pleóptica» a entrenamiento visual, definido como
«un conjunto de técnicas cuyo fin ultimo es conseguir una mejor calidad de visión que permita al individuo la ejecución, con un máximo grado de confort
y mínimo esfuerzo, de todas aquellas actividades
que conllevan componentes visuales implícitos en
su realización, y cuyo objetivo es «Obtener y mantener la máxima eficacia posible en el funcionamiento
del sistema visual humano». Desde entrenamiento
visual se trabajan todas las áreas «entrenables» del
sistema visual incluyendo funciones viso
perceptúales, atención visual y la función visual cognitiva.
Nos enfrentamos entonces al presente del entrenamiento o terapia visual, donde adelantos y estudios
de neurociencia y psicofísica determinan que existe
una plasticidad critica en desarrollo visual, en la
cual se puede intervenir oportunamente para evitar
alteraciones irrecuperables en un periodo posterior,
se descarta que se pueda lograr con entrenamiento
visual aquellas condiciones que por una u otra razón la naturaleza no logró instaurar, se conoce y
refuerza que un tratamiento ortopleóptico tardío no
restablecerá la fijación de un ojo deprivado, que un
método de reeducación visual no re estructurará las
sinapsis o la fisiología del cuerpo geniculado lateral
o la corteza visual, que no hay posibilidad, en etapas tardías, de regresar alteraciones producidas en
el desarrollo nuclear.
Se trabaja entonces para optimizar el funcionamiento
del sistema visual y lograr una visión mas eficiente,
para apoyar y/o ayudar a completar el normal proceso de desarrollo de la visión en etapas adecuadas, para conservar el sistema visual en condiciones óptimas de funcionamiento, en prevención, evitando la aparición de problemas visuales, frenando
la aparición o el avance de las miopías funcionales
y evitando condiciones que generen fatiga visual y
ocular como alteraciones acomodativas o
vergenciales; para remediar alteraciones de imbalance
visual u oculomotor como ambliopías, estrabismos
acomodativos o intermitentes y en la recuperación
de parálisis de los músculos oculares o nistagmus,
entre otros. El entrenamiento visual, en la actualidad, permite obtener las máximas capacidades visuales posibles en aquellos individuos que desean
lograr mejores rendimientos en actividades con grandes componentes visuales como deportistas de alta
competición o que desean realizar técnicas de lectura rápida; permite también reorganizar y entrenar el
sistema visual en pacientes sometidos a cirugía
refractiva logrando una mejor adaptación luego de
un cambio refractivo que exige nuevas demandas acomodativas y vergenciales.
Actualmente, el entrenamiento visual cuenta con
bases científicas sólidas y contrastadas, que sigue
evolucionando para adecuarse a las necesidades
sociales, tal y como se viene experimentando actualmente en poblaciones tan diversas como en los
afectados de Parkinson, traumatismos cráneoencefálicos o mejora de las habilidades visuales en
el colegio.
El presente y el futuro del entrenamiento visual
involucran conceptos de prevención visual con atención a recién nacidos y pacientes en etapas de desarrollo y plasticidad sobre los cuales se pueda intervenir oportunamente, disminuyendo la incidencia
de ambliopías por detección de causas; involucran
también la aparición de estudios genéticos, pre
concepcionales y gestacionales para descartar alteraciones sistémicas o neurológicas que puedan influir negativamente en el proceso de desarrollo visual y así poder tomar acciones correctivas a tiempo; involucra de forma cada vez mayor los estudios
y aplicaciones de las células madre en manejos
neurológicos y de desarrollo visual.
El presente trae consigo el uso acelerado de programas de entrenamiento visual activo y en computador, logrando un entrenamiento más lúdico,
optimizando video juegos en terapia visual activa e
involucrando el entrenamiento en la vida cotidiana
para no permitir que se acumulen desordenes que
luego sean irreversibles, con programas de ejercicios visuales en los protectores de pantalla o en
programadores que activen ejercicios en el computador cada quince o veinte minutos de trabajo haciendo entrenamiento preventivo y correctivo de una
forma interactiva y funcional.
El futuro traerá mayor conocimiento de la fisiología
cerebral, mas tecnología y la aplicación de procesos
mas dinámicos en pacientes más estructurados y
con mayor conocimiento, permitiendo intervenciones cada vez más oportunas y acertadas con programas óptimos de prevención visual que faciliten al
profesional decidir ….hasta cuando intervenir!
Bibliografía:
Marcela Camacho Montoya* * Optómetra Especialista en Pedagogía, Mercadeo y ventas. Docente Investigador Universidad de La Salle. Fecha de recepción: septiembre 22 de 2006. Fecha de aprobación: octubre 10 de 2006.
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